En los últimos años, la conversación sobre diversidad e inclusión ha tomado fuerza en el mundo corporativo. Las audiencias son cada vez más conscientes y exigentes con las marcas que consumen.
No basta con ofrecer un buen producto; hoy las empresas deben demostrar valores que representen a la sociedad en su totalidad. Sin embargo, mientras algunas organizaciones avanzan hacia este camino, otras dan pasos hacia atrás. Por ejemplo, META, la empresa matriz de Facebook e Instagram, recientemente eliminó varios de sus programas de diversidad, equidad e inclusión, generando críticas por su retroceso en este ámbito.
Del mismo modo, las políticas de Donald Trump, tanto en su administración como en sus discursos públicos, han estado marcadas por decisiones que limitan los derechos y la representación de grupos diversos. Estos retrocesos son un recordatorio de que la lucha por la inclusión no está garantizada, y que ahora, más que nunca, es fundamental que las marcas asuman un rol activo.
Apostar por la diversidad y el marketing inclusivo no solo es un acto de responsabilidad social, sino también una estrategia inteligente para fortalecer la relación con los consumidores y diferenciarse en un mercado saturado.
El marketing inclusivo es más que una tendencia; es una necesidad para que las marcas se mantengan relevantes. Los consumidores valoran cada vez más a aquellas empresas que promueven la diversidad, tanto en sus productos como en su comunicación. Según un estudio de Accenture, el 41% de los consumidores ha cambiado de marca debido a la falta de representación y compromiso con la inclusión.
Adoptar estrategias inclusivas permite a las empresas:
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No te quedes atrás. Construye hoy una marca que conecte con todos y que represente a todas las personas.